El estudio, publicado en la revista internacional Scientific Reports, fue liderado por la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica y el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada. Los especialistas destacan la utilidad de incluir acelerómetros en distintas partes del cuerpo para entender mejor los efectos de la actividad física en la salud a lo largo de la vida».
Haciendo uso de acelerómetros dispuestos en la cintura y en las muñecas de cerca de 200 personas que realizan actividad física y presentan signos de sobrepeso y obesidad, la carrera de Nutrición y Dietética UC y el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, desarrollaron un estudio interacadémico publicado en la revista internacional Scientific Reports, que sugiere que la actividad física espontánea regularía el balance energético.
El Dr. Rodrigo Fernández-Verdejo, académico e investigador de la carrera de Nutrición y Dietética UC, explica que: “Lo lógico es pensar que a mayor actividad física, mayor sea el gasto de calorías; pero la evidencia científica muestra que a cierto nivel de gasto energético, las personas tienden inconscientemente a mover menos las extremidades, disminuyendo así actividades físicas espontáneas que no son esenciales. Esta respuesta permitiría frenar el gasto energético excesivo”.
La actividad física espontánea se refiere al movimiento corporal inconsciente y no planificado, como son los movimientos que hacemos con manos y piernas en momentos de aburrimiento o nerviosismo. Esta actividad incide en el gasto energético complementario a la actividad deportiva, pero al ser no esencial, el cuerpo puede aumentarla o disminuirla según necesite.
El hallazgo del estudio permitirá entender mejor por qué algunas personas tienen tendencia a subir de peso; así como también diseñar estrategias para disminuir el peso y mejorar la salud. Los investigadores también sugieren complementar las estimaciones de actividad física en Chile con el uso de acelerómetros y otros sensores de bajo costo, que permiten medir de forma exacta la aceleración del cuerpo en un periodo de tiempo determinado. Así se podrá identificar la cantidad de tiempo que las personas están sentadas o en actividades de distintas intensidades.
En una siguiente etapa, durante el semestre que se inicia, el Dr. Rodrigo Fernández-Verdejo (en la foto inferior), académico de la carrera de Nutrición y Dietética UC, y la Dra. Mónica Suárez-Reyes, académica de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física del Deporte y la Salud de la USACH, realizarán una investigación denominada “COMPENSA” en más de 40 mujeres estudiantes de ambas universidades, inscritas en cursos deportivos universitarios. En COMPENSA, las estudiantes serán asesoradas por nutricionistas y profesionales de la actividad física, y se recolectarán nuevos datos con la utilización de acelerómetros para entender la actividad física espontánea.
Juan Manuel Alcántara, Investigador Post-Doctoral de la Universidad de Granada (foto inferior), explica que existen datos científicos que sugieren que modificaciones, ya sean mediante ejercicio o actividad física, en el estilo de vida producen cambios en el gasto energético diario (calorías consumidas en el día a día). No obstante, tanto los humanos como otros animales exhiben un cierto grado de “compensación energética”. Es decir, si se produce un incremento significativo del gasto energético diario, el organismo “compensa” ese incremento reduciendo la energía consumida en otros procesos biológicos. Desafortunadamente, aún no sabemos con total seguridad cuáles son esos procesos y/o mecanismos concretos o, en otras palabras, cómo se producen esos procesos compensatorios. Existen datos científicos que sugieren que modificaciones, ya sean mediante ejercicio o actividad física, en el estilo de vida producen cambios en el gasto energético diario (calorías consumidas en el día a día).
“En el presente estudio, nuestros resultados sugieren que a mayores niveles de locomoción (es decir, mayores niveles de actividad física de miembros inferiores) se produce una compensación que reduce el movimiento de brazos (miembros superiores). Estos resultados podrían ser aplicados en programas de ejercicio enfocados en la pérdida de peso, es decir, en programas en los que se pretende producir un aumento del gasto energético diario mantenido para producir una mayor pérdida de peso de una forma saludable. Con total seguridad este estudio abrirá las puertas a nuevas investigaciones”, sostiene Alcántara.
El Dr. José Galgani, Director de Investigación del DCS, señala que “estos resultados remarcan la fina regulación del peso corporal, determinado por el sutil balance entre cuánta energía ingerimos y cuánta energía gastamos. Esta regulación, perfeccionada durante miles de años de evolución, es crucial para la supervivencia. Debe señalarse que este estudio comparó la actividad física espontánea entre individuos. Próximos estudios evaluarán qué ocurre cuando el mismo individuo transita de ser inactivo a físicamente activo, y viceversa”.
El Dr. Rodrigo Fernández- Verdejo añadió que: “La mayor parte de los estudios de actividad física se han realizado en varones, y creo que es muy significativo tener datos asociados a mujeres que realizan actividad física moderada, por ejemplo clases de baile, lo que es muy frecuente en nuestra sociedad”.
Revisa el estudio “Descifrando el modelo de gasto energético total restringido en humanos mediante la asociación de la actividad física medida con acelerómetros en muñeca y cadera”: https://www.nature.com/articles/s41598-021-91750-x
Por Andrea Riquelme Pérez, Periodista Senior, Gestión de prensa
Departamento Ciencias de la Salud UC