El profesional magallánico Sociólogo Matías Huidobro (foto inferior), se refiere a la adaptación que ha logrado la sociedad frente al confinamiento y a la crisis sanitaria en general, pero enfatiza en la necesidad de volver a generar relacionamiento presencial entre las personas para reconstruir el entramado social”.
La pandemia en su conjunto y las cuarentenas fueron medidas muy inesperadas y radicales, que nunca se habían vivido. Alteró las rutinas de manera repentina sin que nadie se lo esperara o estuviera preparado.
Ante esto, la sociedad en su conjunto se vio enfrentada a una nueva forma de vida, y obligada a asumirla por el riesgo sanitario que existía, y que sigue latente en la actualidad, pese a los buenos índices de contagio que se han registrado en el último tiempo.
Conocer cómo el confinamiento y la pandemia en su conjunto afectó a la comunidad, a su relacionamiento y a la imagen personal de los individuos, es el tema que aborda el sociólogo Matías Huidobro, en el marco del proyecto “Sobrepeso y obesidad en confinamiento: cuatro perspectivas para su abordaje”, que es financiado por el Fondo de Medios de Comunicación Social del Ministerio Secretaría General de Gobierno.
¿Cómo puede afectar a nivel social el verse repentinamente limitados para realizar actividades o prácticas cotidianas?
-“La socialización es el método mediante el cual los seres humanos a través del contacto con otras personas aprenden e integran a su personalidad los elementos socioculturales y pautas de comportamiento de la sociedad en la que se desenvuelven. Existen dos tipos de socialización, primaria y secundaria.
La socialización primaria es la que el individuo atraviesa en la niñez y mediante la cual se hace miembro de la sociedad, esta ocurre en el seno familiar adquiriendo una noción del mundo general y patrones de comportamientos básicos. Por su parte, la socialización secundaria ocurre durante la última etapa de la adolescencia y dura durante toda la adultez, y es el proceso donde el individuo interactúa con otras realidades e instituciones distintas a la familia.
En base a esto, efectivamente el verse repentinamente coartados en la libertad de salir y realizar actividades, limita el proceso básico de socialización que es mediante el cual el niño va a poner en práctica lo enseñado por la familia interactuando con otros niños y descubriendo nuevas realidades, y en donde el adulto va a ampliar su círculo de relaciones participando en actividades laborales, sociales, etc.
Es por esto que para los niños puede presentar consecuencias importantes el no interactuar con otros niños, ya que al volver a la normalidad después de tanto tiempo interactuando solo con su núcleo familiar pueden manifestar problemas para adaptarse de forma normal a la rutina escolar viéndose desorientados. En el caso de los adultos, las principales consecuencias de verse limitados socialmente es que ven coartada su libertad de elegir qué realizar, se les dificulta ampliar su círculo social y pueden ver afectada su salud tanto física como mental al verse limitados a trabajar a distancia y realizar labores del hogar sin poder realizar actividades de esparcimiento”.
Matías Huidobro, Sociólogo
Realizar actividades sociales es una forma común de socializar e interactuar con otras personas, algo que se ha visto alterado por la pandemia ¿Cómo se han debido adaptar las personas a esta situación?
-“Efectivamente, los individuos han debido reinventar la forma a la que estaban acostumbrados a relacionarse con el resto de las personas, sustituyendo la interacción física y debiendo internalizar patrones de comportamiento como la distancia social y el uso cotidiano de mascarilla que es algo a lo que nadie estaba acostumbrado. En este proceso de adaptación al nuevo panorama ha sido fundamental la tecnología y las redes sociales, ya que han permitido replicar gran parte de las actividades cotidianas de manera virtual.
El principal cambio ha sido adaptar todo lo que se realizaba de forma presencial a la modalidad virtual, siendo fundamental el ingenio de las personas y profesionales que han debido adaptar sus hogares para distintos fines”.
Tradicionalmente los medios de comunicación exponen ciertos estereotipos en cuanto a ciertos aspectos como la imagen y el cuerpo ¿Cómo cree que puede afectar esto a la autoestima de las personas una vez terminada la pandemia?
-Los medios de comunicación a través de comerciales y publicidades exponen ciertos estereotipos, como, por ejemplo, cuerpos musculosos o delgados, que hacen creer a las personas que ese es el ideal de belleza, lo que en rigor dificulta visibilizar que en realidad la belleza es un concepto sumamente subjetivo. Lo que para una persona puede resultar atractivo, para otra no, ya que en sí todos buscamos algo distinto. No obstante, en Chile la gente se preocupa mucho de su imagen la cual tiene una influencia muy relevante en su autoestima.
Esta pandemia ha generado que la gente este mucho tiempo encerrada en sus hogares, impidiendo realizar actividad física y propiciando el sedentarismo, lo que trae consigo cambios como el aumento de peso o el deterioro de la salud. Esto puede provocar que las personas sientan vergüenza de sus cuerpos o inseguridades, ya que no se adaptan a la norma de lo que es tradicionalmente valorado o como les gustaría ser vistos. Esto puede producir que se les dificulte relacionarse con otras personas por el miedo a los comentarios o a lo que puedan decir. Es vital comprender que el cuerpo y el estado físico, cambian de persona en persona, no existiendo un cuerpo ideal sino que una diversidad de cuerpos que son igualmente aceptables.
Es importante en un contexto donde el estado emocional de las personas se ve alterado, ser empático con los demás y no juzgar por elementos tan superficiales como la imagen física ya que no sabemos lo que ha pasado en la vida de cada individuo y que efecto puede haber tenido la pandemia en ella”.
¿A nivel de autoridades qué sería importante realizar desde el punto de vista sociológico para aportar a la comunidad luego de haber vivido meses tan complejos y con tanta incertidumbre?
-“Es indiscutible que la situación que nos encontramos viviendo como país y a nivel mundial, es algo para lo cual ningún gobierno ni persona estaba preparado para afrontar, viéndose afectados todos los chilenos y chilenas de una forma u otra. No obstante, no podemos obviar el hecho de que el impacto ha sido desigual dependiendo del nivel socioeconómico de la persona, siendo los más afectados aquellos individuos de clase baja y media y cuyo sustento se basaba exclusivamente en aquel ingreso percibido por su trabajo y que al perderlo, han quedado a la deriva debiendo reinventarse para poder subsistir.
Es por esto que en primera instancia es fundamental fortalecer e implementar políticas gubernamentales que permitan a los chilenos poder contrarrestar el impacto económico que ha traído para las familias el tener que dejar de trabajar y confinarse para cumplir con los periodos de cuarentena establecidos. Se deberán fortalecer aquellas pymes y empresas que han surgido de la reinvención de las personas dando las facilidades para que puedan seguir desarrollándose ya que han sido el nicho de ingresos de gran parte de la población durante este periodo. Como también fortalecer el apoyo a trabajadores informales, que al no poseer contrato se han visto en una situación muy complicada al no tener ningún respaldo.
Es fundamental desarrollar un plan de salud mental, ya que todas las personas han vivido y se han visto afectadas por este proceso de formas distintas y en variados contextos, experimentando estados que probablemente antes no habían sentido y que han modificado su forma de relacionarse o sentirse. El confinamiento ha representado una modificación a todas las formas de relacionamiento a las que estábamos acostumbrados, ya que hemos debido adaptarnos a nuevos patrones de conductas como la utilización de mascarillas o el distanciamiento social que serán difíciles de modificar una vez superada la pandemia”.
¿Qué panorama visualiza usted a nivel social en Chile una vez que se logre superar la pandemia?
-“A nivel social se visualiza un panorama complejo con una sociedad que se ha visto fuertemente dividida y polarizada en un periodo de tiempo corto donde Chile fue epicentro de un estallido social y una pandemia mundial.
El encierro ha hecho que se debilite el entramado social puesto se han visto limitadas todo tipo de actividades socioculturales. Los nuevos vínculos se han vuelto muy efímeros ya que toda la comunicación y contacto se ha debido realizar a través de redes sociales e internet.
Una vez superada la pandemia es fundamental enfocar los esfuerzos por reactivar las actividades sociales y económicas que permitan a la gente retomar sus vidas de una manera relativamente similar a la que tenían antes, ya que es evidente que después de la pandemia muchas cosas no volverán a ser como estábamos acostumbrados”.