• En general se presentan síntomas de alerta sobre la patología, pero algunas personas son asintomáticas, pudiendo registrar episodios graves. Se sugiere controlar la presión arterial de manera periódica”.
El 17 de mayo es el día mundial de la Hipertensión Arterial, que se estableció con el propósito de generar consciencia en las personas respecto a las conductas de autocuidado frente a la enfermedad, así como para relevar los controles periódicos de carácter preventivo.
Esta patología, calificada como crónica, porque no tiene cura, merece especial atención porque presenta claros síntomas de alerta, pero también puede generar episodios graves, sin que el paciente haya experimentado previamente alguna “advertencia” física sobre el estado de su presión.
La enfermera Cindia Frías Benavides (en la foto derecha), coordinadora de la Unidad de Enfermería del CADI-UMAG, explicó que la presión arterial es la fuerza que se ejerce en las arterias, desde el bombeo del corazón cuando late, y que efectúa la irrigación sanguínea hacia todo el cuerpo. Cuando esa presión es elevada de forma permanente, se denomina hipertensión, registrando cifras que están estandarizadas, que son sobre 140/90 mm de mercurio (Hg).
Los síntomas más recurrentes que pueden estar dando aviso de presión elevada, son la cefalea, tinnitus, sangrado de nariz y mareos. Por otra parte, hay pacientes asintomáticos, tienen la presión elevada y pueden llegar a urgencia por algún episodio grave del que no tuvieron un síntoma previo, “esto depende de cada persona, por ello es importante estar controlándose la presión con cierta regularidad, para poder actuar de manera oportuna frente a índices fuera del rango normal”, recomendó la profesional.
Las causas
La Hipertensión, en la mayoría de los casos, se presenta por conductas o hábitos de las personas que son modificables. Entre los más recurrentes, que favorecen la enfermedad se encuentran: sedentarismo, alimentación poco saludable, consumo alto de sal, tabaquismo y consumo de alcohol, “que en realidad son factores de riesgo de las enfermedades crónicas, muy similar a la diabetes. La hipertensión es multifactorial y también puede ser genético. Si los padres presentan hipertensión, hay un 50% de probabilidades de que se pueda heredar”, agregó la enfermera.
Como consecuencia de la hipertensión se pueden provocar enfermedades cerebro vasculares, cardiopatías y patologías renales. “Mantener cifras elevadas de presión puede ser un favorecedor del Accidente Cerebro Vascular (ACV), que es un episodio complicado porque genera muchas secuelas en el paciente”, a lo que se suma el infarto y la muerte súbita.
Prevención
Presentar una enfermedad crónica obliga a tomar una serie de resguardos en diversos aspectos cotidianos, que de algún modo afectan la calidad de vida. Por esta razón, mantener una actitud preventiva es la clave, que se traduce en manejar los factores de riesgo mencionados anteriormente. “Todos sabemos que la alimentación adecuada, el ejercicio, y los hábitos saludables son beneficiosos para la salud; lo escuchamos y lo leemos de manera muy recurrente, pero no lo aplicamos. Efectivamente son hábitos que mantenidos en el tiempo previenen la hipertensión y muchas otras enfermedades”, destacó la profesional de la Salud.
Lo positivo es que con un tratamiento adecuado, se logra mantener la presión en los rangos recomendados. El problema se genera cuando las personas se sienten mejor, gracias a los fármacos y a los cambios en sus hábitos, y abandonan el tratamiento pensando que superaron la enfermedad, lo que no ocurre, porque la hipertensión es crónica. “Luego vuelven a presentar la sintomatología, con el riesgo de registrar alguna situación grave, y retornan a la consulta. Es importante que las personas recuerden que la adherencia al tratamiento es fundamental, es lo que les brinda la seguridad de mantener el control de su presión arterial”, enfatizó Cindia Frías (en la foto inferior).
Diversas disciplinas
Uno de los aspectos más relevantes respecto a la prevención y pesquisa de las enfermedades crónicas, es el trabajo y la intervención de varias especialidades, porque precisamente son patologías multifactoriales, que requieren abordar diversas áreas del paciente en búsqueda de su estabilidad, como la alimentación, el sedentarismo, las alteraciones en la salud mental, incluso factores genéticos, “entonces la clave está en trabajar con el paciente, su familia y entorno, pero de manera multidisciplinaria”.
La coordinadora de la Unidad de Enfermería, explicó que como parte del equipo CADI, “hemos visto que los resultados son muy positivos al trabajar de manera conjunta entre los profesionales, porque como equipo analizamos los casos desde el área médica, de enfermería y otras disciplinas, desde donde se pueden identificar diversos aspectos de la enfermedad en cada paciente, y se efectúan las consultas o derivaciones necesarias de manera oportuna. Nos apoyamos como equipo en beneficio del paciente y creo que ese enfoque del trabajo es una fortaleza que se debería desarrollar en otros lugares. Nosotros hemos visto buenos resultados en diversas áreas de intervención”, aseguró Frías.
Finalmente, el mensaje a la población está orientado a la prevención, al autocuidado, que involucra realizar actividad física, al menos dos veces a la semana o más, disminuir el consumo de sal o sodio. Prevenir es la palabra clave, y no olvidar consultar al médico de manera oportuna cuando se presente algún síntoma.