«En el marco del Día Internacional del Juego, que se celebró el pasado 28 de mayo, Fundación Integra destaca la importancia de esta actividad en la niñez, como un derecho y su forma natural de explorar, expresar y comunicarse, posibilitando aprendizajes significativos y habilidades para la vida”.
El juego es muy importante en la vida de todas las niñas y niños. Es una actividad que realizan de manera natural, por medio de la cual se expresan, comunican, exploran y conocen el mundo, posibilitando aprendizajes y el desarrollo de habilidades motrices, cognitivas y sociales, siendo además una fuente de alegría y disfrute.
El juego es reconocido como un derecho fundamental por la Convención sobre los Derechos del Niño, tal como declara en su artículo N° 31: “Los Estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en las artes y la cultura”. Visibilizando este derecho, cada 28 de mayo se celebra el Día Internacional del Juego.
La jefa regional del departamento Educativo de Fundación Integra, Ivette Muñoz Vargas, plantea que “el juego es inherente a los niñas y niños, y un derecho que debemos promover y por el cual debemos velar siempre. Además, es un principio pedagógico fundamental en la educación parvularia, siendo una metodología transversal de aprendizaje en el currículo de nuestra institución, que cumple un rol central en el desarrollo y bienestar integral de las niñas y los niños”.
El juego promueve el pensamiento, el lenguaje, la afectividad, la socialización, la creatividad, la expresión de las emociones, la confianza en sí mismos, brindando múltiples posibilidades de aprendizaje. Para potenciar el desarrollo pleno de niñas y niños es clave entonces ampliar las oportunidades y experiencias que promuevan el juego en los diferentes espacios donde ellos y ellas habitan.
“En las salas cuna y jardines infantiles de Fundación Integra, las niñas y niños juegan y aprenden todos los días, promoviendo su participación y protagonismo en espacios educativos amorosos, inclusivos, diversos y de calidad”, destaca la profesional.
¿Qué aprenden al jugar?
Para un niña o niño existen diversas formas e infinitas posibilidades de jugar. Una hoja, un pañuelo, una caja de cartón, una bolsa o cualquier objeto cotidiano puedo convertirse en una oportunidad de juego y su interés va a surgir de manera espontánea.
Revisemos algunos de estos juegos, desde los aprendizajes. En el juego de roles, por ejemplo, asumen el papel de un otro u otra, de acuerdo con sus propios intereses, con ello aprenden a reconocer y expresar sus emociones, sentimientos y fantasías, fortaleciendo el descubrimiento de la imagen de sí mismos/as.
Las rondas, las escondidas o el “pillado” permiten la coordinación de algunas de sus habilidades motrices gruesas, controlando sus movimientos y desplazamientos, alternando velocidades. En el caso de los juegos en movimiento, perfeccionan sus habilidades motoras, adquieren mayor seguridad y confianza en su cuerpo, se ejercitan de acuerdo a sus posibilidades y descubren nuevas posturas.
Asimismo, cuando los niñas y niños bailan, favorece que tomen conciencia de su cuerpo, mejora la coordinación y el equilibrio, y si hay coreografía, ayuda a mejorar la memoria.
“Concebimos que todo espacio es potencialmente un escenario de oportunidades para el juego, que permite a los niñas y niños expresarse con libertad, desarrollar habilidades sociales, cognitivas, emocionales, artísticas y motrices, satisfaciendo su necesidad innata de conectarse y jugar, sin restricciones, lo que provoca en niños y niñas la alegría, el goce, la fantasía y la imaginación, buscando nuevos desafíos de acuerdo con sus características de desarrollo y necesidades de aprendizaje”, enfatiza la jefa del departamento Educativo de Fundación Integra.