Pese a que la farmacoterapia debiera tener un propósito beneficioso para el paciente, ya sea en la prevención o tratamiento de enfermedades, no se debe olvidar que en numerosas ocasiones un principio activo contenido en un medicamento puede generar efectos adicionales sobre el organismo, siendo relevantes en este caso aquellos que de alguna forma pueden alterar las habilidades normales para la operación de vehículos, donde se requiere una concentración y un estado de alerta óptimos.
Se reconocen diversos grupos de medicamentos que pueden influir negativamente sobre la capacidad al volante, siendo más predecible en aquellos que producen efectos sobre el sistema nervioso central, pues la somnolencia o sedación característica de algunos ansiolíticos o antidepresivos, entre otros, evidentemente representan un impedimento importante para conducir. Sin embargo, más peligrosos pueden resultan aquellos fármacos que generan una falsa sensación de seguridad al dar lugar efectos menos evidentes, como ocurre con algunos analgésicos potentes, relajantes musculares o productos de uso oftálmico, que al ser capaces generar problemas en la coordinación, disminución de los reflejos o alteraciones visuales temporales, pueden representar un riesgo importante si no se toman las precauciones pertinentes en su uso.
Entonces, más allá de que, como ocurre en otros países, sería ideal contar con etiquetados de advertencia específico para estos fármacos, para minimizar los riesgos será importante reconocer estas sustancias a través de su prescriptor o mediante la oportuna lectura del prospecto, estableciéndose si los efectos que incrementarían el riesgo de accidentes son normales durante todo el tratamiento o sólo en periodos específicos, además de si las pautas de administración o interacciones con otras sustancias, así como factores individuales del paciente, como la edad o patologías que este posea, pueden influir en su aparición.
Si bien aún resulta habitual ver como el consumo de alcohol y drogas de abuso se relacionan a numerosos accidentes de tránsito a nivel regional y nacional, el consumo de ciertos medicamentos puede afectar con intensidad variable la capacidad de conducción, por lo que debe ser un factor a considerar, tanto por el profesional que indica el fármaco como por el paciente que lo consume, recomendándose además que, a modo general, estos nunca sean consumidos junto a bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas.
Por: Luis González Burgos
Químico Farmacéutico, Ms. Tox.
Escuela de Medicina
Universidad de Magallanes