Un equipo multidisciplinario se encarga de las sesiones con los jinetes-pacientes. Además, se puede acudir a talleres recreativos, a clases deportivas u organizar alguna actividad específica para acercar a la familia al mundo ecuestre”.
El genuino y profundo amor por los caballos ha sido la fuerza de atracción que, de manera más espontánea que planificada, ha ido conformando el equipo interdisciplinario de profesiones que hoy se desempeñan en el Centro Ecuestre Aires.
Ubicado en el kilómetro 4 1/2 sur de Punta Arenas, con un amplio terreno donde los equinos se muestran libres y amigables, personas de todas las edades pueden acceder a un trabajo profesional en el área terapéutica, u optar por clases deportivas o recreativas. Siempre con caballos especialmente entenados y bajo la estricta guía de los especialistas.
El comienzo
Motivada por la trascendencia de los caballos en los momentos de mayor plenitud en su vida, Carolina Gysling apostó a que esa contribución emocional y física que le generaba montar los equinos, también podía ser un aporte para sus hijos, y así decidió emprender un camino de preparación y estudio, para tener el respaldo necesario que le permitiera fundar un centro ecuestre, donde se ofreciera equinoterapia, pensando sobre todo en los niños con dificultades en algún aspecto de su desarrollo integral, social, emocional, sensorial o motor.
“Mi objetivo es contribuir a la salud física y mental de las personas, ya sea mediante equinoterapia, como también con las clases de equitación y los talleres recreativos. Los caballos generan un cambio muy positivo, mejoran la postura, fortalecen la musculatura de jinete, potencian la coordinación, y mejoran la confianza. Nosotros observamos avances notorios, especialmente en los niños que vienen a nuestras clases”, afirma la equinoterapeuta.
Especialistas en terapia
La fortaleza del Centro Ecuestre Aires, es que todo el trabajo se efectúa con sumo profesionalismo y vocación, por ello el equipo multidisciplinario lo componen la kinesióloga y equinoterapeuta Alejandra Pérez; el kinesiólogo Guillermo Aguirre; la fonoaudióloga Katherine Gómez, la educadora diferencial y psicopedagoga Giannine Andrade, el entrenador de caballos Pablo Toledo, el prevencionista de riesgos Alister Morrison, y por supuesto Carolina Gysling.
Los profesionales explican que en cada sesión participan al menos tres personas, quienes trabajan en conjunto con el paciente o jinete, además del caballo que es el aporte fundamental de cada terapia.
Tanta relevancia se le otorga al equino, que la preparación que se le efectúa, previo al trabajo en terapia, se puede extender por varios meses con el objetivo de que esté óptimo para lo que significa brindar el tratamiento complementario a diversos diagnósticos.
“Los caballos trabajan con niños con diferentes características, algunos son inquietos, otros al principio se cargan para un lado, hacen movimiento que no son los comunes para los equinos, entonces la preparación considera todos esos escenarios, para que el caballo tenga una reacción adecuada y no se confunda generando algún riesgo”, explicó Carolina, resaltando el alto nivel de entrenamiento que efectúa el preparador del centro, Pablo Toledo.
Lo más alentador para el equipo, es que los niños muestran claros avances al poco tiempo de asistir a equinoterapia; experimentan emociones positivas, fortalece el lenguaje porque cuentan lo realizado en las sesiones, aprenden de empatía, mejoran su postura y concentración, entre muchos otros aspectos físicos y mentales.
En este sentido, el trabajo de los kinesiólogos, fonoaudiologa y educadora diferencial se vincula y coordina para que cada sesión tenga un abordaje integral.
Abierto para todos
Además de la equinoterapia, el Centro Ecuestre Aires se ha convertido en un espacio para que todos quienes desean aprender o practicar equitación, lo puedan hacer.
Por una parte se efectúan talleres recreativos para niños, donde se enseña desde lo más básico respecto al cuidado de los caballos y a montarlos.
“Estos talleres se diseñan para que los niños aprendan mucho y se diviertan. La experiencia de compartir con un animal como el caballo es muy significativa, y aporta en varios aspectos a la vida de los niños”, asegura la kinesióloga Alejandra Pérez.
Algo muy similar se genera con las clases deportivas, donde igualmente trabaja un equipo multidisciplinario y se genera un vínculo estrecho entre el jinete y el animal.
“Tenemos un terreno cómodo para llevar a cabo las tres áreas de trabajo: equinoterapia, talleres recreativos y deportivos. El centro tiene un ambiente que lleva a disfrutar de la conexión con el caballo, que es finalmente el corazón de todo esto”, destacó Carolina Gysling.
Eventos y actividades
Si bien los horarios de las sesiones considera de lunes a sábado para comodidad de las familias, también se pueden realizar eventos especiales o talleres padres/hijos.
“Si un día un papá o una mamá quiere venir con sus hijos a aprender de equitación, quiere conocer más de nuestro centro, independiente a si tiene conocimientos previos, puede venir y pasar un momento diferente e inolvidable junto a nuestros caballos”, afirmó la fundadora del centro ecuestre.
En cualquier plataforma informativa o a quien se le pregunte con conocimiento ecuestre, podrá confirmar que los caballos son sinónimo de bienestar para los seres humanos. La oportunidad de aprovechar este beneficio físico y mental ya existe a pocos minutos del centro de Punta Arenas, solo falta asistir y dejarse querer por los hermosos equinos que llaman a conocerlos.
Consultas al número telefónico +56 9 6471 3088.