Por “cloro doméstico” usualmente hacemos referencia a soluciones de hipoclorito de sodio con variable grado de dilución, reconocidas por su popular uso como blanqueador o desinfectante, aunque su manipulación requiere una serie de precauciones por su potencial tóxico, sobre todo asociado a sus efectos irritantes.
Las intoxicaciones accidentales con productos de aseo y limpieza son una preocupación considerable en la infancia, más aun reconociendo que una intoxicación por Cloro se podría propiciar posterior a su ingesta, inhalación o contacto, dando lugar a una variedad de síntomas que podrían ir desde complicaciones menores gastrointestinales y en la piel hasta problemas respiratorios y cardiovasculares graves, dependiendo de la vía de exposición y la cantidad de sustancia a la que se ha sido expuesto.
Aunque siempre se recomendará solicitar asistencia sanitaria para su abordaje, pues no todas las intoxicaciones se comportan de igual manera y se debe promover un tratamiento individualizado, se reconoce que algunas medidas para facilitar la descontaminación incluyen el movilizar al paciente a un área con buena ventilación (relevante frente a la inhalación de vapores que emiten estos productos y su acumulación en espacios cerrados), así como lavar ojos y piel con abundante agua o remover ropas que puedan estar impregnadas con la sustancia tóxica (de existir contacto con piel o mucosas externas). Frente a la ingesta no se debe inducir el vómito, pudiendo administrar agua o leche al afectado, pero nunca forzar su consumo, especialmente si presenta síntomas que dificulten la deglución.
En la prevención, y pese a que cada vez se realizan mayores esfuerzos para reducir los riesgos asociados a los productos domésticos de aseo y desinfección, será importante garantizar toda medida que dificulte el acceso a sustancias potencialmente tóxicas como el Cloro, evitando el traspasar este tipo de sustancias a recipientes no originales, pues pueden facilitar la exposición accidental por las características del contenedor o resultar atractivo para los menores de edad. También se debe evitar la mezcla con otros agentes de limpieza, pues pueden dar lugar a subproductos de mayor toxicidad, incluyendo gases nocivos, así como la manipulación para propósitos no descritos por el fabricante, pues, por ejemplo, se han registrado en numerosas ocasiones casos de quemaduras y lesiones de gravedad por utilizar desinfectantes destinados al aseo doméstico o industrial, para la desinfección de la piel o alimentos.
LUIS GONZÁLEZ BURGOS
Químico Farmacéutico, Ms. Tox.
Escuela de Medicina Universidad de Magallanes