La profesional explica los síntomas que pueden estar experimentando las personas ante la extensa cuarentena que se ha registrado en Punta Arenas y Natales, destacando los recursos cognitivos, afectivos y conductuales para sobrellevar este periodo que requiere de seguir cumpliendo las medidas preventivas frente al Covid-19”.
¿Se podría esperar – o es normal – que las personas con el paso del tiempo en confinamiento vayan relajando su conducta en relación a las medidas de autocuidado?
Sí, es esperable que esto suceda y es precisamente contra lo cual debemos generar resistencia; es esperable que las personas tiendan a retomar sus viejas costumbres o hábitos, ya que han sido establecidos como una rutina de vida, interacción y funcionamiento durante muchos años, siendo las actuales medidas de seguridad y cuidado una rutina y aprendizaje impuesto por las necesidades sanitarias actuales.
Debemos recordar que esta nueva forma de cuidarnos ha sido poco entrenada en las personas por las mismas restricciones de la cuarentena, pensemos que aquellos que llevan gran parte del tiempo aislados, no han utilizado los implementos de protección y rutinas de sanitización con mayor frecuencia que las rutinas previamente establecidas.
Es el tiempo y la constancia el mejor aliado para establecer una nueva rutina de funcionamiento y de vida, por lo que al adquirir mayores libertades de movimiento tendremos más posibilidades de entrenar nuestras destrezas y afiatar nuestros aprendizajes, teniendo la ayuda de los medios de comunicación y las redes sociales, que adicionalmente constituyen un recordatorio permanente de las medidas de cuidado en nuestro nuevo estilo de vida.
¿Qué síntomas físicos o psicológicos se podrían experimentar en este periodo y son necesarios identificar para abordarlos de manera correcta y así poder sobrellevar de mejor forma este proceso?
Respecto de los síntomas físicos pudieran presentarse dolores de cabeza, sensación de pecho oprimido o ganas intensas de llorar, sensación de ahogo, sudoración, dolor de estómago antes de salir de casa; problemas para conciliar o mantener el sueño y/o pesadillas; tensión muscular, bruxismo y/o aumento/disminución del apetito, entre otros.
Desde el punto de vista psicológico debemos estar atentos a los cambios de ánimo permanentes en el tiempo (irritabilidad, tristeza, angustia, sensación de malestar desproporcionada al evento que la provoca), los cambios en la forma de establecer y sostener nuestras relaciones sociales o incapacidad/dificultad para retomar gradualmente nuestros vínculos con otros (aislamiento), los pensamientos catastrofistas que nos impiden desarrollar nuestras actividades de manera normal (pensamientos intrusivos que no logro controlar y que generan miedo, temor o ansiedad al punto de inmovilizarme), las dificultades de concentración; y en niños se podrían sumar conductas regresivas para los más pequeños (volver a orinarse, dormir con los padres, usar tete, etc.).
Ante este tipo de signos o síntomas se debe consultar con un especialista en salud mental para guiar el proceso de reintegración social y reparación emocional si es necesario.
¿Cómo pueden las personas volver a ser activas en su cuidado, cuando están experimentando cansancio, aburrimiento u otra situación que las hace refractarias a las recomendaciones?
Existen varias formas de invitar y motivar a las personas a cuidarse y mantener su interés en el tiempo, y creo que las dos formas más eficaces dicen relación con la familia y los requerimientos socialmente establecidos: mantener presente la idea de que el uso de estrategias de autocuidado no nos están protegiendo solo a nosotros, sino también a nuestra familia (hijos, abuelos, etc.), pues tanto como necesitamos estar en un lugar seguro, abrigados, con suficiente alimentación y con educación, necesitamos estar saludables.
El cuidado personal sigue siendo la base para evitar los contagios de Covid-19, por ello siempre al salir de la vivienda se debe utilizar la mascarilla, y respetar todas las medidas de autocuidado que permitirán reducir los índices de positividad en la comuna.
Por otra parte, los requerimientos socialmente establecidos, ya sea por ordenanzas, normas u otras vías, permiten ejercer el control social como ente regulador del comportamiento de la persona, porque somos nosotros mismos quienes pedimos al otro respetarnos y respetarse usando los elementos de protección personal o respetando el aforo de un lugar o espacio social, o esperar afuera del negocio hasta que salga otro comprador, etc.
¿A qué recursos personales podrían recurrir?
Como yo lo veo existen tres fuentes esenciales de recursos personales:
• Los recursos cognitivos: centrarse en el presente, entender la relevancia de mi autocuidado, entender cómo se contagia el virus, entender cómo cuidarme mediante un acceso a información adecuado.
• Los recursos afectivos: aludir a mis afectos, a quienes amo como fuente de inspiración para reforzar las nuevas conductas de autocuidado aprendidas.
• Los recursos conductuales: adecuando mi rutina a fin de facilitar el uso y acceso a las medidas de higiene, por ejemplo, dejar mascarilla al lado de la puerta de calle, poner alcohol gel en un lugar accesible y seguro, demarcar una zona para dejar mis zapatos al entrar a casa, establecer un espacio de sanitización que sea conocido por la familia y que permita su uso cotidiano y eficiente.
¿Por qué es relevante que las personas mantengan las medidas de autocuidado ante esta pandemia, en términos personales y comunitarios?
Es relevante porque el cuidado no puede ser considerado tarea individual, si todos estamos en la misma sintonía será más fácil empujar a las personas a seguir estas medidas a lo largo del tiempo, si comenzamos a decaer, otros decaerán y se relajarán igualmente; aquí creo que es relevante entender que como personas no somos islas, sino que vivimos de manera interdependientes con los demás, lo que hace el otro importa, me importa y me afecta, y lo que yo hago importa y le afecta a otro, somos todos responsables de nuestra salud y la de los demás.
El control de esta pandemia depende necesariamente del trabajo conjunto, que nace fruto del aporte de cada uno.
¿Es posible resignificar este proceso para ser más conscientes de la importancia del autocuidado en la vida en general?
Creo que sí, pero es un proceso, y como tal requiere de tiempo.
Respecto de las medidas de autocuidado sanitarias, es relevante mencionar que una parte importante de esta resignificación la tienen los niños y jóvenes, pues son ellos los que más fácilmente pueden integrar rutinas de cuidado e incorporarlas como parte de sus vidas; alentando a los adultos y adultos mayores a seguirlas, siendo un recordatorio permanente de la nueva realidad que vivimos y que nos acompañará por un largo período.