«El Psicólogo y fundador del Centro Ecuestre “Entre Pingos y Corrales”, Gino Riquelme, destaca el aporte de la Equinoterapia – Psicoterapia asistida por Caballos, para que niños, jóvenes y adultos trabajen su proceso de autoconocimiento y logren mejores relaciones interpersonales”.
El autocontrol y la gestión de las emociones parece ser una de las debilidades de la sociedad actual; reacciones violentas, agresividad, intolerancia y falta de empatía se observan diariamente en diferentes contextos.
Es importante advertir que en el currículo escolar no existen contenidos que enseñen y guíen sobre el desarrollo personal, y muchas veces las familias tampoco cuentan con las herramientas necesarias para educar en este sentido, lo que podría explicar hasta cierto punto la crisis que se está viviendo.
Afortunadamente, a pocos minutos de Punta Arenas, en el kilómetro 7,5 Leñadura, se encuentra el Centro Ecuestre “Entre Pingos y Corrales”, fundado por el psicólogo Gino Riquelme, donde se realizan diversas terapias asistidas por caballos; una reconocida técnica para el trabajo y desarrollo emocional de los pacientes.
Karina Toledo Norambuena, de 30 años, alumna del taller Psicoterapia Asistida por Caballos, destaca el progreso que ha tenido en la gestión y manejo de sus emociones, explicando que “ahora yo llevo las riendas de mi vida”. Con poca experiencia previa con equinos, Karina se siente más conectada con sus pensamientos y con las experiencias diarias que enfrenta.
¿Qué aspectos emocionales se pueden abordar con la Equinoterapia-Psicoterapia asistida por Caballos?
• “Se abordan todos los aspectos emocionales, el manejo de la frustración, el control de los impulsos, la comunicación emocional asertiva, buscando generar un proceso de autoconocimiento, y así trabajar sobre lo que siento y proyecto en los caballos al estar trabajando con ellos. Por ejemplo: un caballo no responde a las órdenes de su jinete porque éste se frustra, la reacción más común es culpar al caballo, no siendo consciente que el problema siempre lo genera uno mismo. Y de este modo al modificar la conducta se dan cuenta que el caballo responde. Esa es la retroalimentación inmediata que generan las intervenciones asistidas con caballos”.
¿Por qué es importante que los niños, niñas y adolescentes aprendan a identificar y gestionar sus emociones?
• “Ayuda a mejorar el manejo de la frustración, disminuye el escaso control de impulsos y logra que comuniquen de manera efectiva sus demandas emocionales, siendo esencial para lograr una vida plena. En la actualidad muchísimas personas presentan niveles bajos de tolerancia a la frustración y de descontrol de los impulsos. Debido a que nadie se encarga de educar las emociones, siempre se enfocan en la conducta, sin interpretar el contenido emocional”.
Amanda Avendaño (a la izquierda) asiste al taller para desarrollar mayor tolerancia a la frustración, y Agustín Olate (foto derecha), cuenta que está trabajando para adquirir herramientas que lo calmen y así evitar manifestar emociones de manera explosiva. Ambos reconocen haber avanzado notoriamente en sus objetivos, y destacan que los caballos sean un apoyo para este proceso de crecimiento personal.
¿Cómo contribuyen los caballos para ese objetivo?
• “Contribuyen en hacer más simple la vida de las personas, propiciando un proceso de autoconocimiento, y de este modo comprender lo que cada persona siente en el momento presente. Los caballos por su naturaleza de presa, no toleran las inconsistencias. Por este motivo en nuestro trabajo buscamos generar coherencia emocional. Y eso ¿qué significa?, que lo que pienso, lo que siento y lo que hago estén en armonía. Ese es uno de nuestros principales objetivos”.
¿Es relevante que toda la familia se involucre en el proceso?
• “¡Claro que sí! Más aún cuando se trata de niños y jóvenes. Ellos son como una `esponja´ (absorben todo del medio) y modelan los comportamientos. Cómo dice un dicho, `las cosas no se dicen se hacen´, porque al hacerse se dicen solas. Muchos papás predican, pero no practican con el ejemplo y esta incoherencia, al igual que en los caballos, afectan el desarrollo adecuado de las personas. Tiene que generarse un trabajo en equipo entre los padres, el colegio y las intervenciones que realizamos. Esto hace más fructífero el trabajo que se lleva a cabo”.
En su opinión, y ante los casos de violencia escolar que se han conocido, ¿cómo ayuda esta terapia?
• “Ayuda primero a conocerse a uno mismo, a identificar las emociones y luego entrenarlas para ser coherentes emocionalmente. Esto es fundamental en nuestro trabajo, ya que si no soy coherente claramente generaré desajustes en distintos ámbitos de la vida. Muchas personas reaccionan impulsivamente por no lograr una coherencia y por ende no saber expresar sus necesidades”.
¿Qué recomendaciones le puede otorgar a los padres y madres?
• “Predicar con el ejemplo. Esto es igual que la doma de caballos que trabajamos nosotros. Hay una frase que dice: ´cualquier domador que golpea a su caballo por no hacer lo que se le pide, debería autoflagelarse por no saber enseñar lo que se pretende´. En la doma el caballo habla por el domador, en la crianza el niño habla por sus padres. Siempre el ejercicio es ser conciente de lo que hago y si soy coherente con lo que pido”.