diciembre 7, 2024

Ansiedad: cuando la preocupación y el estado de alerta se vuelven incontrolableAnsiedad: 

«El psicólogo especialista en psicoanálisis, Marco Alvarado entrega las claves para entender e identificar la ansiedad, que según estudios afecta mayormente a mujeres. Realizar actividades deportivas o de meditación, es una de las recomendaciones del profesional para gestionar la sintomatología”.

El octavo estudio sobre Salud Mental, denominado “Termómetro de la Salud Mental en Chile”, realizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) entregó sus resultados en enero de este año, concluyendo que una de cada cuatro personas en nuestro país presenta fuerte sintomatología ansiosa en su diario vivir; transformando a la ansiedad en el principal malestar psicológico entre los chilenos, por sobre los Trastornos del Estado de Ánimo, la depresión, etc. Siendo mucho más preocupante en mujeres, quienes evidencian una fuerte sintomatología ansiosa en un 34,6%.

Pero, ¿qué es la ansiedad? Lo primero que debemos saber, es que la ansiedad es una respuesta anticipatoria ante una eventual amenaza futura. Así, es habitual que frente a una experiencia donde sintamos que nos jugamos algo que podría resultar muy bien o muy mal, nuestros niveles de ansiedad suban, busquemos anticipar los posibles escenarios, lo conversemos con nuestros cercanos, le demos mil vueltas y finalmente nos arrojemos a la experiencia.


Pero qué pasa si esa experiencia futura la percibimos como demasiado peligrosa, si sentimos que lo que está en juego es muy importante y las sensaciones de fracaso nos van absorbiendo cualquier posibilidad de salir bien parados; entonces podremos adentrarnos en lo que llamamos ansiedad patológica, y experimentar síntomas como: preocupación excesiva gran parte del tiempo, sensación de estar “atrapado” o “con los nervios de punta”, lo que lleva a una irritabilidad y sobresalto constante, problemas para dormir o sueño muy inquieto, despertándose constantemente durante la noche, entre otros. 

Si a eso agregamos que la preocupación y anticipación ya no es por cosas puntuales, como una disertación, un cambio de trabajo; sino por cosas cotidianas, como ir al centro a realizar un trámite, las finanzas del hogar, llegar tarde al colegio o trabajo; entonces posiblemente estés sufriendo el mal de época llamado ansiedad.

El “hacer” constante del ansioso

La ansiedad tiene un círculo muy perverso, y es que la persona ansiosa comienza a buscar “salidas”, hacerse cargo de la situación, si una palabra caracteriza al ansioso, es HACER, el ansioso debe hacer algo, tiene que hacerse cargo, pero no sólo del problema; cuando se dan cuenta de lo ansioso que están, adivinen como piensan que se van a tranquilizar… 

Así, me gusta imaginar la ansiedad como cuando queremos aprender a nadar, moviendo alborotadamente brazos y piernas para no hundirnos… pues bien, para flotar no hay que hacer, sino, hay que dejar de hacer. De la ansiedad nos salvamos cuando aprendemos a flotar. Algo difícil en la sociedad actual, una que nos impulsa a conseguirlo todo y a no perdernos de nada, pareciera que quien no esté ansioso no pertenece a este mundo; debemos anticiparnos a los hechos, estar un paso adelante, y para eso no nos podemos permitir siquiera esperar la luz verde para cruzar mientras caminamos, por qué esperar, qué ansiedad cierto, mejor crucemos si no viene nada. A esta altura ya lo descubrieron, lo perverso de la ansiedad, es que se alimenta del hacer, no detenerse, no pensar, sino hacer. 

Cómo abordarla

Entonces, ¿cómo trabajar la ansiedad? Con cualquier mecanismo que nos ayude a salir de la vorágine en la que nos sentimos inmersos, para ello, todas las alternativas son bien recibidas porque cumplen un efecto de reordenamiento: deportes, yoga, meditación, técnicas de relajación y respiración, arteterapia, etc. buscan un “tiempo fuera”, concentrarnos en el aquí y ahora, y no en la multiplicidad de variables que el día a día nos demanda y la hiperconexión nos refuerza, regulando así nuestro sistema mente – cuerpo.

Pero también debemos hacernos cargo de aquello que no se puede poner en palabras, deviniendo en angustia, para ello les presento un desafío: cuando estemos frente a un escenario de ansiedad, que puede ser un nuevo trabajo o actividad, piensen qué sería lo peor que les podría pasar, por ejemplo, no encajar con los nuevos compañeros, y qué pasaría si no encajan con los nuevos compañeros, “me verían como bicho raro”,  “me harían el vacío”, “me dejarían solo”, pues bien, entonces de lo que hay que hablar es de esa sensación de bicho raro, de soledad. En la medida que vayamos desarmando y poniendo en palabras todo eso que me genera ansiedad llegaremos a la angustia escondida; para eso, les recomiendo, si les resulta muy pesado, recurrir a un profesional terapeuta que los pueda orientar. 

Tipos de trastornos de la ansiedad

Ansiedad por Separación: Miedo persistente por posibles daños que pudieran sufrir las personas por las que siente apego; así como rechazo a separarse o perder el vínculo con dichos seres queridos.

Mutismo Selectivo: Incapacidad para hablar en momentos, o situaciones sociales donde lo “esperable” es que puedan hablar por ejemplo, en la escuela. 

Fobia EspecÍfica: Miedo y/o evitación hacia situaciones u objetos precisos; el riesgo percibido por estas personas es desproporcionado al riesgo real que la situación o el objeto presenta.  

Ansiedad Social (fobia social): Miedo y/o evitación ante las interacciones sociales y las situaciones que implican la posibilidad de ser y/o sentirse observados. Sensación de constante evaluación negativa ante la mirada de otros.

Crisis de Pánico (o crisis de ansiedad): Aparición súbita de miedo o malestar intensos que alcanzan su nivel máximo en cuestión de minutos, acompañados de mucha sintomatología física y emocional; estas crisis pueden ser esperadas (ante situaciones o fobias específicas) o inesperadas (sin razón aparente).

Agorafobia: Temor ante el uso del transporte público, encontrarse en lugares cerrados, hacer fila, estar en una multitud y/o encontrarse solos fuera de casa; el temor les resulta incapacitante ante situaciones en las que escapar sería difícil o donde no se podría disponer de ayuda.

Ansiedad Generalizada: es uno de los trastornos más comunes. La persona se siente extremadamente preocupada por todo lo que acontece en su vida y cree que todo saldrá mal, aunque no haya ninguna causa que lo provoque.

Por Marco Alvarado C.
Psicólogo Especialista en Psicoanálisis 
Miembro titular de AASM
www.marcoalvarado.cl 

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