Subdirectora médica del Hospital Clínico Magallanes, Dra. María Isabel Iduya:
A un año del primer caso positivo de Covid-19, la especialista afirma que “tuvimos una tasa muy alta de contagio, equivalente a que en la Región Metropolitana el mayor peak que tuvieron de casos, lo multiplicáramos por 8”.
Al cumplirse un año de la llegada del Covid-19 a Magallanes, ¿Cómo calificaría el desarrollo de la pandemia en la región?
– La pandemia en nuestra región se ha mantenido durante todo el año obligándonos a aumentar la disponibilidad de camas UCI, mínimo al doble de la capacidad que teníamos antes de la pandemia. Por el porcentaje de positivos que hemos tenido durante el año 2020, evidentemente el grupo de personas que ha requerido atención hospitalizada tanto en cuidados medios como en camas críticas, ha sido importante en periodos que son claves, habiendo pequeños espacios en que ha disminuido la tensión sobre el sistema hospitalario, y eso en el primer periodo se observó entre abril y junio, bajó entre fines de julio y agosto, y empezó a subir a fines de agosto y de ahí no paramos hasta diciembre del año pasado, y durante este año 2021, a pesar de que hemos tenido menos casos y una menor ocupación, y un descenso más o menos sostenido sobre el uso de las camas críticas, ha sido igual de importante, porque se han ido agregando pacientes con otras patologías que han empezado a utilizar en mayor número las camas críticas, por lo tanto, en resumen, tenemos una duplicación de requerimiento de camas críticas, desde marzo del año pasado que no ha cesado hasta la fecha, y en ocasiones, incluso, llegamos a triplicar y cuadruplicar el requerimiento de camas críticas, y eso fue entre abril y mayo, y en los meses de septiembre y octubre.
¿Qué fortalezas ha adquirido el hospital y los equipos médicos a un año de la crisis sanitaria?
– Creo que hay muchas lecciones que uno puede sacar de esta pandemia, primero: que uno tiene que estar preparado ante la aparición de nuevos virus que pueden causar episodios pandémicos como este. Siempre nos habíamos preparado ante una situación hipotética de que llegaran algunos de los virus que habían producido problemas en otras regiones, pero no lo habíamos vivido, y nunca de la magnitud y gravedad como fue esta vez, por lo tanto uno saca lecciones sobre cómo manejarse en tiempos de una emergencia sostenida para el sector salud que requiere de una coordinación de los distintos actores, no solamente de Salud, sino que requiere coordinarse con actores de otra naturaleza, que tiene que ver con comunicar de mejor manera a la parte de educación, a los sectores productivos, la relevancia de mantener y educar sobre los elementos de protección personal, la difusión de los grupos que son de mayor riesgo, entonces lo relevante es: enseñarnos a trabajar coordinadamente desde distintos sectores, no solamente desde el sector Salud. Segundo: transmitir mensajes claros para no ser alarmistas, pero también resguardar la seguridad de las personas, y desde el punto de vista de Salud, mejorar la coordinación entre las distintas instituciones, que se pueda hacer un trabajo ordenado entre el sector público, privado, las Fuerzas Armadas y mutualidades; que el recurso humano no sólo hay que decirlo, hay que hacer consciencia que el recurso humano en el manejo de esta pandemia es valioso y escaso, hay que cuidarlo, y hay que tener algún mecanismo para proveer de recursos de manera extraordinaria y rápidamente frente a una emergencia de Salud sostenida, sobre todo, en regiones extremas, donde el mercado laboral de la región no tiene disponibilidad de mayor número de personal. Y en el aspecto técnico, todo lo que se hizo desde que el 16 de marzo tuvimos el primer caso, el año pasado, todo lo que se avanzó en el conocimiento, manejo, y adquisición de nuevas técnicas para el manejo de este cuadro en específico, es tremendamente valioso.
También, la creación del sistema integrado de la red de camas críticas a nivel nacional, que permitió aeroevacuar pacientes y tener siempre una cama disponible para las personas que así lo requirieron, independientemente de su sistema previsional y de la situación geográfica en que se ubicara, yo creo que eso es un tema que es tremendamente meritorio para nosotros, y, por último, el tener la vacunación, que nos da un respiro y nos permite mucho más precozmente, ver que esto, por lo menos, tiene un fin que se vislumbra a mediano plazo.
En su opinión, ¿A qué se debe que todavía no se puedan bajar significativamente los contagios?
– Se debe a que nosotros tuvimos una tasa muy alta de contagio, eso habría sido equivalente a que en la región Metropolitana, el mayor peak que tuvieron de casos, lo multiplicáramos por 8. Entonces lo que se hizo aquí en la región de Magallanes, fue tremendamente meritorio, por lo tanto, el descenso de esa curva es lento, y estamos como en una meseta alrededor del 10% que no ha bajado y que se va a demorar en descender. De ese punto de vista, no tenemos ninguna posibilidad de disminuir las medidas de prevención que habíamos planteado y definido en la comunidad.
¿Cómo observa el desarrollo de la pandemia este año en la región?
– Yo creo que en el futuro cercano, y por lo menos de aquí hasta mitad de año, el futuro con vacuna o sin vacuna incluye las medidas de distanciamiento social, el uso de elementos de protección personal, el lavado frecuente de manos, evitar las reuniones sociales dentro de lo posible, usar mascarilla en todo lugar público, porque no vamos a tener un grupo suficiente de personas vacunadas como para tener una inmunidad de rebaño que nos permita protegernos. Ahora, además, hay que ser tremendamente claros que la vacuna protege de la enfermedad grave y de morir, pero no significa que no podamos enfermarnos nuevamente con Covid. Se espera que las enfermedades liberen la ocupación de camas hospitalarias y de casos graves a los que la contraigan, pero el contagio va a estar presente y el virus va a estar circulando mientras no logremos una cobertura de vacunación alrededor del 70% y eso no va a ser antes del primer semestre.
