A un año de la llegada de la pandemia a Magallanes y a Chile, el Coronavirus sigue generando situaciones desconocidas para los científicos y médicos, con graves consecuencias.
Uno de los últimos es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (PIMS, por sus siglas en inglés), que pese a que en otros países del mundo ya estaba identificado, en nuestro país hasta hace un par de meses no era lo bastante conocido a la hora de tratar a los niños y adolescentes que llegaban a urgencias con sus síntomas.
El PIMS tiende a presentarse en niños y adolescentes, entre cuatro a seis semanas después de haber tenido Covid-19.
Esta falta de información costó la vida de Emilio, de Puerto Montt, y otros dos adolescentes. En Magallanes, hasta comienzos de abril, se registraban 9 casos de PIMS, y ningún fallecido.
Como lo han calificado algunos médicos, este virus es “maldito”, engaña, genera recaídas y mucha incertidumbre respecto a lo que puede provocar en cada paciente.
Por ello, las medidas de autocuidado no deben relajarse. Muchos dirán que se exagera, pero lo más efectivo sigue siendo el uso de mascarilla, el lavado frecuente de manos y la distancia física.
Los niños y adolescentes no están a salvo, también corren riesgo, más considerando que pueden contagiarse y ser asintomáticos, pero después se puede presentar el PIMS.
Todo el esfuerzo que se pueda hacer para evitar los contagios lo vale, porque eso nos mantendrá sanos y con vida. Nada más valioso que eso.
Por Loreto A. Méndez Fonseca, Directora y Editora Revista Salud & Buena Vida.