Pueden generar graves consecuencias en las personas que sufren este tipo de vulneración o delitos, por ello es importante identificar las alertas en el resto y en uno mismo”.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define por violencia en el ámbito laboral, en su sentido más amplio como: “Cualquier tipo de comportamiento agresivo o insultante susceptible de causar un daño o molestias físicas o psicológicas a sus víctimas, ya sean estos objetivos intencionales o testigos inocentes involucrados de forma no personal o accidental en los incidentes”.
Las relaciones entre los conceptos de calidad de vida laboral y salud de los trabajadores son múltiples y complejos, por lo que, no se puede actuar en calidad de vida laboral, sin considerar el estado de salud física y mental de los/as trabajadores/as.
Por su parte, la salud de las funcionarias y los funcionarios, en sus dimensiones bio-psico-social deben constituir un eje central en el ámbito de la calidad de vida y la conciliación trabajo y familia, sin embargo, aún hoy hay prácticas que persisten en algunas culturas organizacionales que constituyen delito, por lo que tiene una sanción asociada y deben ser denunciadas:
Las instituciones deben disponer de protocolos de maltrato, acoso laboral y sexual y también educar y orientar a trabajadoras y trabajadores para la prevención de violencia de parejas y exparejas. Se dispone de instrumentos normativos en MINSAL https://www.minsal.cl/departamento-ddhh-genero/instrumentos-normativos/
Es importante señalar que la violencia en las organizaciones (acoso o maltrato) surge a partir de la asimetría de poder y no necesariamente del género o la jerarquía existente; por ejemplo, puede surgir desde la autoridad entendida como quien posee el mayor conocimiento o experiencia en un área o tema, o quien tiene la mayor o mejor redes de contacto, entre otros.
Diferencias
Maltrato laboral: Conducta generalizada; acción evidente, no existe un objetivo común, agresión esporádica, afecta a la dignidad de las personas.
Acoso laboral: Conducta selectiva, acción silenciosa, su objetivo es desgastar a la o las víctimas, hostigamiento reiterado, afecta la dignidad de las personas.
La violencia en las organizaciones puede manifestarse en acoso o maltrato, que se expresa en las siguientes conductas o acciones:
• Gritar, avasallar o insultar.
• Asignar tareas con plazos imposibles de cumplir.
• Sobrecargar selectivamente a la víctima.
• Amenazar o coaccionarla.
• Quitar áreas de responsabilidad o incluso no dar ningún trabajo que realizar.
• Tratar de una manera diferente o discriminatoria.
• Ignorar o excluir.
• Difamar a la víctima.
• Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos.
• Animar a otros/as compañeros/as a participar en cualquiera de las acciones anteriores.
Este tipo de conductas, pueden producir una serie de efectos acumulativos y progresivos en la salud mental de las personas que son víctimas directas de éste, pero igualmente puede afectar a sus grupos familiares y cercanos, a sus compañeros de trabajo, quienes pudieran ser espectadores de estas situaciones y podrían incluso tener consecuencias en el clima de las organizaciones donde se desarrollan.
Algunos indicadores del efecto en las personas dicen relación con:
• Se va perdiendo gradualmente la motivación por su trabajo y la confianza en sí misma.
• La calidad del trabajo y la eficacia de la persona en su ámbito laboral y personal puede verse descendida.
• Puede aumentar la conflictividad en el ambiente laboral.
• Se puede producir una estigmatización social de parte de otros sectores cercanos a la actividad laboral que la persona desarrolla, lo que pudiera implicar mayor dificultad para conseguir un nuevo empleo.
• Se puede desarrollar síntomas de estrés, tales como dolores de cabeza, malestares corporales difusos, alteraciones de sueño y ánimo, así como mostrar manifestaciones de ansiedad, depresión o angustia la enfrentar una nueva jornada laboral.
• La persona, además, puede presentar perturbaciones en sus relaciones familiares o sociales, debidas a la proyección de su frustración e indefensión en su núcleo más cercano.
• En otro ámbito, la persona puede desarrollar retraimiento en el ámbito familiar o de círculo de amistades cercanas.
Desde este punto de vista la afectación es relevante y significativa, pues no sólo se reduce al ámbito laboral, sino que puede en algunos casos comprometer todos nuestros espacios de funcionamiento, perjudicando nuestra salud y convivencia familiar.
Por esto es importante identificar las señales de alerta,
para leerlas en otros y en uno mismo adecuadamente, para ello se proponen dos preguntas:
¿Cómo contribuir a reducir el riesgo de que este tipo de situaciones se produzcan en el ambiente laboral?
• No continuar con burlas o chistes que pudieran generar la sensación de incapacidad o inadecuación en otra persona.
• Ante piropos y/o comentarios incómodos, señalar esta conducta y resolver y/o responder buscando la comprensión de los otros respecto de lo inadecuado.
• Constantemente revisar propias concepciones y /o prejuicios que pudieran contribuir a un ambiente poco saludable.
• Estar emocionalmente disponible para el otro, dar importancia a las sensaciones de las personas y sus emociones.
• Siempre potenciar los recursos de cada quién en la institución, no la falta o ausencia.
• Mantenerse informado para que, ante la petición de ayuda, podamos orientar adecuadamente a quien lo necesite.
¿Cómo brindar apoyo adecuado a alguien que pudiera estar pasando por una situación así?
• Fomentar un trato digno, respetuoso y tolerante ante sus dichos.
• Acoger el relato tal como la persona lo entrega, sin cuestionarlo ni prejuiciarlo.
• Calmar y/o contener a la persona, de manera de poder entregarle las orientaciones que requiere.
• No culpar o responsabilizar a quien relata lo sucedido.
• Mantener la confidencialidad y respeto por la privacidad de quien comenta esta situación.
• Debemos recordar que no es responsabilidad de quien escucha el relato definir si es real o no, las instituciones deben disponer de los canales o protocolos asociados a la denuncia correspondiente y la primera acción es contener y proteger a la víctima.
POR SEREMI Salud Magallanes y Antártica Chilena, Dpto. Salud Pública y Planificación Sanitaria
• Mat. E.U. María Isabel Velich Uribe Programa Mujer Infancia y Género. • Psc. Ana María Vargas Fernández Programa Salud Mental.