diciembre 8, 2024

Verano: aumentan las temperaturas y la necesidad hídrica

¿Sabías que el ser humano no puede sobrevivir más de cuatro días sin líquidos? El agua es vital para el cuerpo, debiendo representar sobre el 50% de él. Todos nuestros órganos se constituyen de agua.

Sus funciones son múltiples, transportar nutrientes es una de ellas, por lo que su carencia podría traer consecuencias gravísimas. Además, colabora en el proceso digestivo, en la respiración y en la circulación sanguínea.

Constituye el medio para expulsar los desechos a través del sudor, la orina o las heces fecales. Aporta a la regulación de la temperatura corporal, sobre todo, en esta época del año, donde las temperaturas aumentan, teniendo como consecuencia una mayor pérdida de líquido a través del sudor.

Este gasto debe ser repuesto bebiendo más agua y aumentando el consumo de alimentos ricos en este elemento. Cuando la alimentación es equilibrada, incorporando principalmente frutas y verduras, se podría cubrir el 50% del agua que necesitamos, es decir, aproximadamente 1,5 litros. Por ende, el resto debe ser consumido de manera directa. También lo extra dependerá de la tempetura ambiental, la edad y ejercicio físico realizado.

Existen alimentos más refrescantes, con mayor aporte de agua, como las naranjas, sandía, melón, piña, entre otras frutas, y la mayoría de las verduras. Se obtiene más cantidad de líquido al consumirlas crudas, no queriendo decir que si están al vapor o hervidas no nos hidratarán.

Impacto

Las consecuencias para nuestro cuerpo por no ingerir el agua suficiente pueden llegar a ser muy graves, los malestares por la deshidratación son: dolores musculares y de cabeza, calambres, fatiga y debilidad, cambios drásticos de humor y mareos. Cuando el cuerpo llega a una deshidratación crónica aumentan los síntomas poniendo en peligro la vida del ser humano.

Por el contrario, el consumo adecuado de agua mejora la apariencia de las uñas, el cabello y la piel, retrasando los signos del envejecimiento, ayuda en la pérdida de peso, ya que asiste al cuerpo a metabolizar la grasa acumulada y suprime el apetito, previene la aparición de cálculos y la incidencia de infecciones urinarias.

Recuerda que no es necesario esperar a tener sed para beber agua, en ocasiones el hambre es síntoma de que el cuerpo está sediento.

POR PATRICIA VERA V.
Nutricionista, Máster en Intervención Multidisciplinar para
Trastornos de la Conducta Alimentaria y Trastornos de la Personalidad.

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