Si eres adolescente y ves aparecer esos granitos rebeldes, o si ya eres adulto y el acné persiste, ¡ojo! No lo normalices pensando que “ya se pasará”. El acné, en cualquier etapa, puede afectar nuestra autoestima y, si no se trata adecuadamente, dejar marcas en la piel.
Es cierto que los cambios hormonales de la adolescencia son un caldo de cultivo para el exceso de sebo y la aparición de brotes. Pero esto no significa que debamos resignarnos a vivir con ellos. Acudir a un dermatólogo es el primer paso fundamental. Él o ella evaluará tu tipo de acné y te indicará el tratamiento más efectivo para controlarlo y prevenir futuras lesiones.
En adultos, el acné puede tener otras causas, como el estrés, desequilibrios hormonales o incluso el uso de ciertos cosméticos. Ignorarlo puede llevar a brotes persistentes y, en algunos casos, a formas más severas.
¿Qué activos pueden ayudarnos? Bajo la supervisión de un dermatólogo, algunos ingredientes clave para controlar el exceso de sebo y mejorar el acné incluyen:
Ácido salicílico: Un exfoliante que ayuda a desobstruir los poros.
Peróxido de benzoilo: Un potente antibacteriano que combate las bacterias causantes del acné.
Retinoides (como el adapaleno o la tretinoína): Ayudan a regular la producción de sebo y a renovar la piel.
Niacinamida: Calma la inflamación y puede ayudar a reducir la producción de sebo.
Recuerda: La constancia y seguir las indicaciones de tu dermatólogo son cruciales para ver resultados. ¡No te resignes al acné! Tu piel merece estar sana y tú sentirte segura.

Por Francisca Sekulovic
Ingeniera Comercial, Cosmetóloga y fundadora de Láser Frantziska