julio 30, 2025

CLORURO DE ETILO: SUS RIESGOS DE USO

En varios deportes, y más popularmente en el fútbol, es habitual ver cómo, tras recibir algún golpe, la aplicación de un misterioso spray le permite a un jugador caído reincorporarse rápidamente, como si nada hubiera pasado. La identidad de ese spray es el Cloruro de Etilo, un producto farmacéutico de uso tópico que induce crioanestesia, o sea, una desensibilización rápida de terminaciones nerviosas, y la consiguiente supresión del dolor, por efecto del frío intenso que genera al ser administrado sobre la piel. 

Aunque el efecto de esta sustancia es de corta duración en el tiempo y en ocasiones puede provocar enrojecimiento o irritación de la zona donde se aplica, su uso se ha vuelto bastante popular no solo en el deporte profesional, sino que también en deportistas ocasionales, por su ya señalada capacidad de recuperar rápidamente la capacidad funcional del individuo afectado. El problema con ello no radica en la función para la que fue diseñado el fármaco, sino que en los últimos años se han elevado alarmantemente los reportes que indican que el fármaco se ha estado utilizando como droga de abuso por vía inhalatoria, con mayor frecuencia en la población juvenil y habitualmente en combinación con alcohol, considerando el bajo costo y relativo fácil acceso de ambos.

Al ser usado por vía respiratoria, el cloruro de etilo produce un efecto euforizante y aturdimiento por un breve periodo de tiempo, pero no solo su uso recreativo se constituye como un problema, si no que, por su forma de administración a través de la vía inhalatoria, resulta complejo regular la dosis administrada, lo que eleva el riesgo de reacciones adversas severas, como la descoordinación del habla y el movimiento, alteración del estado de consciencia, vértigo, alteraciones de la presión arterial y trastornos del ritmo cardiaco, además de toxicidad sobre el hígado y los riñones, entre otros. 

En conclusión, se trata de una sustancia química que requiere adecuado control para su venta en establecimientos farmacéuticos, ya que de forma aislada o en combinación con otros agentes depresores (como el etanol, los opioides o la marihuana) puede llegar a ocasionar reacciones potencialmente letales ante un uso inadecuado, registrándose decesos por paro cardiorrespiratorio o daños irreversibles a nivel hepático, renal o cardiaco. Por ello, es importante una manipulación adecuada de este medicamento con tal de aprovechar sus beneficios y minimizar los riesgos individuales y para quienes nos rodean.     

Por LUIS GONZÁLEZ BURGOS
Químico Farmacéutico, Ms. Tox.Escuela de Medicina Universidad de Magallanes

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