Cuando hablamos de deportes de contacto, muchas veces pensamos en violencia o agresividad. Sin embargo, en lugares como Equipo Mestizo, el Kick Boxing se practica para mucho más que eso. Es un espacio donde niños, niñas, adolescentes y adultos aprenden a defenderse, sí, pero también a respetar, a ser responsables y a confiar en sí mismos.
Bajo la dirección de los entrenadores Claudio Guerra y Belén Álvarez, el club busca formar personas a través del Kick Boxing. Desde pequeños, los niños adquieren disciplina y educación emocional, aprendiendo a manejar sus sentimientos y a crecer en un ambiente seguro y respetuoso.
En Equipo Mestizo, la idea central es que el Kick Boxing no sirve para “pegar por pegar”, sino para aprender a defenderse. Además, se trabaja intensamente en valores como el respeto, la paciencia y la confianza. Los jóvenes pueden llegar antes de la clase para compartir y estar en comunidad, lo que les brinda un espacio de contención y pertenencia.
Un ejemplo especial es el grupo de adolescentes, donde, además del entrenamiento físico, se enseñan habilidades para controlar las emociones y resolver conflictos sin recurrir a la violencia. Su lema es: “Nunca ser el primero en pegar”, guiándolos a tomar decisiones responsables y éticas.
Belén Álvarez, además de entrenadora, es educadora y coach. Ella afirma que “no hay aprendizaje sin emoción”, por lo que en sus clases se busca que los niños se sientan felices y confiados. Claudio Guerra también destaca que el Kick Boxing en Equipo Mestizo tiene como objetivo mejorar el carácter de cada persona, no solo su condición física.
El trabajo en equipo, la autogestión y la pasión por lo que hacen hacen que este espacio sea muy valorado en la comunidad. Equipo Mestizo demuestra que el Kick Boxing puede contribuir a formar personas seguras, respetuosas y con valores positivos.
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